Ha quedado bastante claro que no quieren a Podemos
El análisis es erróneo de entrada, porque parece que parte de la premisa de que en algún momento el PSOE ha parecido querer a Podemos. Un partido que nació para reivindicar un espacio que era del PSOE bajo consignas de "PSOE y PP, la misma mierda es" y que ha tenido que ir rebajando el discurso porque no quedaba otra, no es alguien a quien querer. Y lo mismo podría decirse en la posición inversa. Si Pablis fuera el de los 123, iba a ofrecer vicepresidencias y ministerios por los cojones, como si no supiésemos cómo trata la disensión el amigo. (Hola, Íñigo, Carol... ¿Qué tal? ¿bien?)
Como siempre, se hace un análisis flojo y simplista. La gente hace una distinción de bloques en el que si perteneces a un bloque eres "aliado" de los otros miembros constituyentes y "enemigo" de los demás. Y, como siempre, invisibiliza la figura del rival político.
Somos herederos del sistema bipartidista y reproducimos su ideario todavía en cosas como estas. El panorama se ha complicado habiendo cinco partidos principales pero nosotros seguimos anclados en el modelo reduciéndolo a dos bloques (lo que sigue reproduciendo el modelo bipartidista) y consideramos que dos partidos pertenecientes al mismo bloque han de ser lo mismo y deben entenderse para desbancar al otro bloque. Este tipo de tensiones entre rivales se ven casi como transfuguismo intrapartido, como un Tamayazo.
El problema es que PSOE y Podemos nunca han sido aliados políticos, porque no tiene sentido la alianza entre dos estructuras que compiten por lo mismo, salvo circunstancialmente. Aliados pueden ser dos partidos internacionales, que no se pisan mutuamente la manguera, que no tienen que repartirse la tarta. Aliados son un partido poderoso y otro políticamente irrelevante, donde el segundo no tiene aspiraciones de competir (Casos como PACMA, Revilla o más históricos como IU) y apoyan al políticamente más afin. Y este no es el caso, de momento. Por eso, han sido rivales que se han utilizado mutuamente cuando se han tenido que utilizar y los dos desean, de manera ideal, que el otro desaparezca para ocupar el espacio de la izquierda de manera única. Y los dos han comprendido al mismo tiempo, que Podemos necesita foco, y que quitarles el foco es desinflarlos.
El PSOE lo ha comprendido y confía en que el electorado que era de Podemos y le ha prestado los votos al PSOE haga el siguiente razonamiento:
-No tiene sentido votar a Podemos, porque se va a repetir la situación aunque el PSOE saque 100 y Podemos saque 60.
Confiando en esta estrategia, esperan que la gente comprenda que deben aglutinar el voto en la opción más fuerte porque el entendimiento es imposible, lo que va a ir en detrimento de Podemos y en subida del PSOE. Sánchez pretende los 150-157 escaños a costa de sangrar a Podemos (que se quede con 20) y de rascar al mismo tiempo votos de C's por sus pactos y no pactos con Vox (y porque precisamente ya no pactan con separatas) para, entonces sí, pedirle a Podemos que pacten o apoyen sin poder exigir una puñetera cartera ministerial, habiéndose convertido en una IU marginal.
En cambio, aceptar un pacto favorable a Podemos es arriesgarse a que la gente pierda el miedo a la derecha y con ello perder el voto prestado, donde podrían volver a eso, a un 100/60 o un 90/70. El momento de darle la puntilla a Podemos es ahora, cuando peor están, porque no se les olvida que hace no tanto tiempo se hablaba de sorpasso y desaparición del PSOE.
Podemos también ha comprendido que no puede apartarse del foco en el panorama político, porque si no se habla constante de ellos (de Iglesias, mas bien) se diluyen totalmente (como han comprendido con la baja de paternidad) Un gobierno de apoyo al PSOE, sin entrar a formar parte de él, implica que todo lo que propongan se lo cuelgue el PSOE como medalla (como la subida del mínimo a 900) y eso se traduce en irrelevancia política, desinfle, desilusión del electorado y progresiva vuelta del redil al PSOE. Por eso no han aceptado el apoyo (que es un suicidio) ni tampoco han aceptado el gobierno de risa con tres vicepresidencias apartando al LÍDER, porque ambas cosas llevan a ese escenario.
Por eso van a intentar cargarle la tostada moral de la falta de compromiso con el bloqueo al fascismo al PSOE para ver si esos votos prestados de antiguos votantes de Podemos que fueron al PSOE en estas elecciones vuelven a Podemos por pura frustración para lograr un 90/70 y poder exigir un Gobierno de pacto con mejores condiciones.
Son dos rivales, uno tratando de fagocitar al otro para recuperar un espacio que le ha pertenecido siempre y que ha visto peligrar, y otro tratando de sobrevivir desesperadamente. Pactar no les interesaba a ninguno de los dos, porque ninguno de los dos busca un bien común mutuo. Buscan ocupar el espacio de izquierda totalmente para, entonces ya, enfocarse en los enemigos políticos. Y es lo más inteligente, porque no tiene ninguna razón de ser ocuparse ahora de los enemigos políticos porque los números tampoco les dan a ellos. Es imposible que haya fuga de votos de la Izquierda a la Derecha a día de hoy, precisamente porque el PSOE se ha desizquierdizado y ya jugaron su campaña anti-derechas, que les salió bien. Nada de lo que hagan justifica ahora mismo la pérdida de votos del PSOE a C's, PP o Vox. El bloque de las derechas está impotente, sólo con el posible apoyo de Ana Oramas, y no suman tampoco, por lo que son una amenaza vacua salvo movilización extrema que salga de vaya ud. a saber dónde (y en segundas votaciones nunca hay movilización extrema) es la derecha (C's) quien sí tiene que tener miedo de perder votos en favor de PSOE.
Y Errejón como es una oveja, no va a sacar un partido a nivel nacional. El momentazo es ahora, porque les jode a ambos la estrategia al mover el tablero.
A la derecha no le pasaría algo como esto ni en cien investiduras.
Huuuy que no. Para Murcia y Madrid un botón.
Y porque VoX dentro de lo que cabe sigue siendo un partido de segunda fila y como tal tiene aspiraciones de segunda fila. Dale 50 como a C's y verás la que se arma. O como tenias hace poco a Rivera babeando con ser el líder de la oposición, estrategia que le habría salido bien de haber seguido Mariano o Soraya. O ahí tenías a Casado hablando de recuperar el bipartidismo.
Las coyunturas son diferentes, pero las limitaciones las mismas. Se usan cuando se tienen que usar, pero todos aspiran a destruir su "bloque" y ser ellos el hegemónico.
Entiendo que os dé miedo el espantajo de la derecha, pero vamos... pactar ahora era una gilipollez para ambos. El que hubiese cedido salia totalmente perjudicado.