Nietzsche y Dragon Ball

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Galaras
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Nietzsche y Dragon Ball

Mensaje por Galaras » Jue Mar 28, 2019 8:23 pm

Nietzsche probablemente sea el filósofo moderno más influyente, y sus ideas, desde la muerte de dios a la aparición del superhombre, aunque probablemente mal entendidas, han servido de inspiración para miles de movimientos posteriores, siendo interpretadas de otras tantas maneras diferentes. Cada cual ha, por así decirlo, arrimado el ascua a su sardina, y su obra ha servido tanto para justificar el nazismo como el anarquismo, el arte posmoderno y el coaching crossfitero. Así pues, y dado el atractivo irresistible de extrapolar el asunto del superhombre al del supersaiyano, voy a interpretar yo también muy libremente uno de los pasajes de “Así habló Zaratustra” y aplicarlo a la obra magna de Toriyama. Quién sabe, quizá los arquetipos de los que hablaba el chalado de Jung de verdad existan y nuestro japonés favorito captara del éter las mismas ideas que Nietzsche descubrió y describió, y, sin darse cuenta de lo que hacía, realmente estuviese reflejando las etapas evolutivas del alma humana cuando se sentaba a dibujar, sin muchas ganas, su manga de ostiejas.

Tratando sobre la manera de llegar a convertirse en superhombre, el filósofo alemán exponía tres etapas por las cuales debía de pasar el espíritu. Pero, ¿y el guerrero? ¿Pueden ser esas tres etapas similares a las que ha de pasar un guerrero para llegar a ser un superguerrero? Veamos:

-La primera etapa es la del CAMELLO. El camello está siempre dispuesto a obedecer, a cargar todo el peso sobre sus espaldas. En palabras del propio Nietzsche: “Hay muchas cosas pesadas para el espíritu, para el espíritu fuerte, de carga, en el que habita la veneración: su fortaleza demanda cosas pesadas, e incluso las más pesadas de todas. ¿Qué es pesado?, así pregunta el espíritu de carga, y se arrodilla, igual que el camello, y quiere que lo carguen bien. ¿Qué es lo más pesado, héroes?, así pregunta el espíritu de carga, para que yo cargue con ello y mi fortaleza se regocije.”
Esto parece encajar desde luego con la forma de ser de alguien que está entrenando duramente, y que además disfruta con ello, con el objetivo muy claro de hacerse más fuerte. Vamos, que parece que esté hablando directamente de Goku. Pero cuidado, que Nietzsche interpretaba este camello de una manera un tanto negativa, pues también decía que su manera de actuar consistía en arrodillarse, obedecer, humillarse. Se refería a cómo uno pasa por una etapa en la vida en la que no se cuestiona la moral que le viene dada por la sociedad, que no se plantea nada sobre su individualidad, su libertad, que simplemente obedece y hace lo que los demás piden de él, lo cual le hace parecerse a un animal de carga que solo sufre y nunca hace lo que quiere (o no sabe lo que quiere).
Pero aún esta imagen negativa del camello puede encajar con esas etapas de entrenamiento crudo, como el reparto de la leche, durante el cual Krilín y Goku solo debían obedecer sin rechistar las duras tareas que el maestro Mutenroshi les imponía, sin aprender técnicas de lucha, que es lo que ellos querían. La etapa de sufrimiento era necesaria para evolucionar, pero debían aprender disciplina, agachar la cabeza y cargar con la pesada concha de tortuga. También entran aquí los demás entrenamientos de Goku, en los que más de una vez ha salido cargando grandes pesos, manteniendo una dura disciplina y obedeciendo a sus maestros.

-Segunda etapa, el LEÓN: cansado de soportar cargas, el camello corre al desierto. Aquí ocurre su transformación, y el camello se hace león. El león busca su libertad y quiere ser su propio señor. Ya no quiere obedecer más las antiguas normas, sino crearse las suyas propias a través de la lucha contra su antiguo señor y contra su dios. Es violento y temerario. ¿Dónde metemos al león en el desarrollo del guerrero dragonbolero? Esta es fácil: el león es el supersaiyano: ya ha entrenado mucho, ha cargado mucho peso a sus espaldas, pero ahora ha perdido el control, no respeta sus antiguos valores (recordemos que Goku llega casi a amenazar a Gohan la primera vez que se transforma), y eso le lleva a un nuevo camino y a un poder mucho mayor. Además, no podemos pasar por alto el cabello erizado y amarillo, y el aura de luz dorada como la luz del sol, lo que casi nos lleva a esa imagen de dios solar (muere y resucita) presente en el imaginario colectivo desde el alba de los tiempos, y del cual el león ha sido tradicionalmente símbolo por su color y su melena. El estado final del supersaiyano, el nivel 3, acentúa aún más esa imagen salvaje y violenta, con la melena llevada al extremo.

-Etapa final, el NIÑO: el estado del león, aunque poderoso y necesario, sigue teniendo carencias. Ya lo decía el anciano Kaioshin, el supersaiyano no es el verdadero camino. Y es que su violencia, su descontrol (el exceso de energía del supersaiyano 3) lo convierte en incapaz de crear nuevos valores, de crear su propia moral, de trascender. Es entonces cuando el alma debe convertirse niño si quiere seguir evolucionando. El niño no se toma las cosas en serio, juega, crea continuamente sus propios mundos, improvisa, es espontáneo, fluye. Así llega Nietzsche al superhombre. ¿Y Goku? Bueno, cuando me dio por pensar estas cosas aún no había aparecido DragonBall Super (me da miedo pensar cuántos años han pasado ya), por lo que la analogía era evidente: Goku, en GT, vuelve a ser niño, pierde la seriedad que tenía al final de Z, se vuelve más “tonto” e inocente, su forma de supersaiyano pierde mucho poder, pero, a cambio, se reencuentra con su naturaleza auténtica (no sólo volviendo a ser niño, sino volviendo al Ozaru, pero esa es otra historia que analizaré otro día) y eso es lo que le permite alcanzar su última y definitiva transformación, que ya nada tiene que ver con las anteriores.

¿Qué pasa si no contamos con GT y metemos a Super en la ecuación? Pues más o menos lo mismo. El supersaiyano 3 deja de ser el camino, aparece un camino nuevo que visualmente (los ojos grandes, la musculatura delgada) también parece algo más infantil, menos agresivo. Y, lo más importante, como el superhombre nietzscheano, este estado es divino. El superhombre mata a dios y se convierte en su propio dios; Goku concluye su camino de entrenamiento convirtiéndose en dios, pero no ya en el dios solar arcaico que era antes, sino en un dios espiritual, humano, un dios que habita en el nirvana. Por eso la idea de partida de Super era tan buena…

(Aquí habría que puntualizar que todo el rollo del nuevo tipo de transformación se va al garete con el Blue, que se pasa por el forro todo eso de que el supersaiyano no es el camino, y cuando ya se había establecido que la clave era el uso del ki, no de la musculatura, vuelven a hacer a Goku cachas. Por otro lado, el Migatte regresa una vez más a la idea del fluir sin pensar, del nirvana y tal)

También me gustaría comentar a modo de postdata que Hermann Hesse proponía tres estadios del alma similares: el primero en el que uno no se entera de nada y simplemente va dejando pasar la vida sin más, el segundo en el que empiezas darte cuenta de que todo es una mierda sin sentido y te cabreas, y el tercero, en el que ves que todo es uno, que todo el universo está conectado, y alcanzas la paz interior. Me parecen bastante similares a las tres etapas de Nietzsche, así que puede que sí, que definitivamente Toriyama lleve años escribiendo sobre los arquetipos universales y, aunque ninguno supiéramos muy bien por qué, sentíamos que en su obra había algo más grande que las simples peleas contra monstruos.

¡Un saludo, disculpas por el ladrillo y gracias por leer hasta aquí!
Moverse mucho, estudiar mucho, divertirse mucho, comer mucho y descansar mucho. Ése es el método "Duende Tortuga".

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